Rondando a J.J. y la memoria inacabable
La historia de este país, no puede ser contada sin la textualidad y la sonoridad de la literatura y el pasillo, este es nuestro patrimonio, nuestra memoria histórica; el sentir de lo que llamamos ecuatorianidad. Es que el pasillo para adquirir esa raigambre, fue construido desde la poesía y el dolor, desde el amor y la exclusión social; pero fue adquiriendo una connotación histórica abismal con la voz de quien fuera su mito y la leyenda, con la voz de quien luego de su muerte será incorporado dentro del imaginario literario, Julio Jaramillo Laurido.
Ícono de nuestra cultura
popular, su música marcó el sentir de los ecuatorianos, el sentir de las
letras, de la literatura, el mito creo su reivindicación entre los autores de
los 60 en medio de cuestionamiento político, de la militancia revolucionaria, del parricidio cultural, siendo incorporado como parte de la tradición y la referencia popular musical hacía la
literatura latinoamericana.
Rondando a J.J., del escritor Raúl Serrano Sánchez, (MCP,
Ecuador, 2012) recoge la memoria literaria de la leyenda, en los textos de ocho escritores, cada quien
lo exterioriza en diversas circunstancias, ya sea desde el cuento, hasta la
narrativa histórica, casi anecdótica, y de la presencia de la leyenda, o desde
el futbol hasta la política. Entre estos autores quien lo apropia más es el
poeta Fernando Artieda, quien en Clave de Jota
Jota, usa la coloquialidad del lenguaje,
la dureza, el desenfreno sin tapujos en la lengua, para reclamar como parte del
sentimiento popular, el desgarramiento del pueblo y su ídolo.
“Los taxistas y las peroles
seres por los cuales uno puede
enterarse
de casi todas las cosas de este
mundo
seguían escuchando Radio Cristal
que había transmitido como un
partido de fútbol
la muerte de Jota Jota
Con sus micrófonos instalados
directamente desde la clínica
Dominguez
donde yace en el lecho del dolor
el único
el incomparable
el ahijado de car
el ídolo del pueblo
Julio Jaramillo.
La voz de Umovar
sinceramente conmovida,
pero rota por catorce horas
seguidas
de darle y darle a la lengua en
forma continuada
iba adquiriendo tonalidades
deprimidas
y a ratos hasta dejaba botado el
micrófono
para ir a tomarse una cerveza
o a comentar con otros locutores
de la radio
las cosas del velorio”.
Raúl Pérez Torres en Rondando tu esquina, y Raúl Vallejo en El alma en los labios, no se detienen en lo habitual, generan una disipación,
una carga de lamento y dolor, una nostalgia en el desgarramiento de ese
Guayaquil melancólico, Vallejo redime la voz de Medardo Ángel Silva, del subjetivismo de un Guayaquil
en los albores del XX, de la crónica cuestionadora, de esa ausencia constante.
El texto que por obligadas razones dentro de mi
militancia política, me causa más impresión, es la de Fernando Nieta Cadena y
su Nocturno de celaje deslumbrante, esa
narración de los instantes de su muerte, de su último recorrido por esta ciudad
bohemia, confusa y acalorada, de esa reflexión desde el intelectualismo de
izquierda de Sicoseo, de las evocaciones de jodedera de la radio y la
televisión, y los recuerdos de ese mano a mano en el cine Central, y la
interminable fila (…) para entrar al
Coliseo Los pelados de la juventud comunista haciendo valla que no se arme el
desamadre de los concurrentes al velorio. Adentro más de treinta mil almas
abarrotan el coliseo al centro de la cancha de básket el féretro cubierto la
mitad por el lábaro patrio narra un reportero de canal 2 la otra mitad con el
enseña roja de la hoz y el martillo Pela las pepas huevas tibias el man no solo
era simpatizante también cotizaba en el partido por eso la jota ce está presente (…)
El recuerdo de Jota Jota, desde el imaginario político
de este país, se nos ha volcado desde la narrativa, desde el cuestionamiento
político de su vida. Aunque su presencia y su accionar también han sido objetos de
recuerdos al interior del partido, por quienes lo conocieron en los entornos de la lucha popular y la cotidianidad cultural de la ciudad puerto. Talvez no desde esa lucha militante, sino más bien
desde su cercanía ideológica, su colaboración desinteresada, y ese sentimiento mutuo por
quienes luchan, con el arte o la política, a favor de los sectores históricamente más excluidos.
Rondando a J.J. y la memoria inacabable
Reviewed by Miguel Cantos
on
marzo 31, 2014
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