Luchar por una Ley de Culturas de carácter revolucionario y popular, es nuestra consigna
Ante el anuncio del presidente
Correa sobre el debate de un nuevo Plan Nacional de Cultura, en el marco de
la Feria Internacional del Libro en Quito,
los artistas y promotores culturales hemos
venido discutiendo desde hace más de cinco años, en varias propuestas
para fortalecer el proyecto de ley; frente a esto, los artistas, promotores, gestores
culturales y la población en general
tenemos que clarificar los roles del Estado, el de la instituciones públicas
y privadas en los espacios de desarrollo cultural, además del rol esencial de
la población para la construcción de verdaderas propuestas que democraticen el
acceso, la promoción, el incentivo y la difusión de la cultura. Pero frente a esto debemos de estar claro que
una Ley Orgánica de Culturas, puede crear un nuevo marco jurídico pero también es
el puntal del desarrollo cultural en nuestro
país, para lo cual, se tiene que plantear un mayor debate en los
análisis y modificaciones ante las leyes, que frente a las circunstancias
actuales, son leyes caducas.
Vale recordar que la Ley de Culturas tenía que ser
aprobada hasta octubre del 2009, según lo dispuesto en la segunda disposición
transitoria de la Constitución de Montecristi, aprobada en el 2008, y la cual
de acuerdo al trámite ejecutado por la Asamblea Nacional, terminó en un informe
para segundo debate en el 2010, concluyendo hasta la actualidad en el
estancamiento a pesar del Informe de Mayoría para Segundo Debate del Proyecto de
Ley Orgánica de Culturas propuesto en junio de 2014 dado por la Comisión de
Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología como un alcance a los informes para su
debate, pero el cual no recoge realmente los debates populares que las organizaciones culturales del país, han
venido organizando.
Uno de aquellos puntos de discusión
es sobre el papel de la Casa de Cultura Ecuatoriana, su papel
de organismo rector, en contraposición al del Ministerio de Cultura u otros
entes gubernamentales que generan políticas culturales. No es posible que
existan dobles funciones, directrices culturales
diferentes desde los diversos entes del Estado en materia de cultura y que
hasta la fecha se no haya logrado articular. Es claro que el actual Sistema
Nacional de Cultura mantiene falencias en desarrollar efectivas políticas
culturales amplias, que incentiven la creación artística, el fomento; la incidencia del papel de la cultura entre
la población ecuatoriana, sin que esto
caiga en una monopolización del quehacer artístico, o la promoción de determinados entes u organismo culturales privados,
estatales o desde una óptica independiente de acuerdo a su sentido de clase, o
su composición económica, y que caiga en la desvinculación de la población en
una verdadera cultura de carácter popular y revolucionaria.
Los y las artistas junto con la
población hemos venimos exigiendo y formulando propuestas que incentiven la
creación de salas y espacios públicos culturales, el incentivo entre los nuevos
artistas, y elencos artísticos de carácter estatal, estamos planteando mecanismos
de acceso democrático a la vida cultural desde los establecimientos de educación
secundaria y universitaria, vinculando el quehacer cotidiano de los barrios y
comunidades en entornos culturales que sustenten y defiendan la recuperación de
la tradición, de la memoria histórica, la identidad y las costumbres de nuestros pueblos, sin caer en el juego de
la mercantilización y el colonialismo cultural.
Luchar por una Ley de Culturas de carácter revolucionario y popular, es nuestra consigna
Reviewed by Miguel Cantos
on
febrero 23, 2016
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