Pandemia y desigualdad social en el Ecuador


Varias personas hacen cola para retirar dinero de uno de los cajeros automáticos alrededor del Mercado Central en Guayaquil. Vendedores de aguas, gafas, galletas y cargadores de celular recorren las calles de Lorenzo de Garaicoa y Colón, disputándose creativamente a los transeúntes que recorren el centro a pleno sol. Una vendedora de frutas y verduras por la iglesia de San Agustín, comenta angustiada el temor que tiene de ser contagiada de coronavirus. Pero no le queda de otra: tiene que trabajar.

Ella, como miles de personas no podrán darse el lujo de quedarse en casa, para estos trabajadores autónomos no existe el teletrabajo, ni cuentan con seguros médicos privados o del IESS. Son vulnerables directos ante el virus y un sector económicamente activo donde la “cuarentena”, una medida de mentalidad burguesa, no responde a su entorno económico y laboral, porque ellos dependen del trabajo diario para mitigar la pobreza y el hambre ante la falta de políticas públicas que promuevan el empleo digno y no los despidos masivos para beneficiar los propósitos económicos del FMI y el Banco Mundial en esta guerra biológica internacional.

Las medidas tardías de restricción de movilidad y recomendaciones sanitarias apuradas en nuestro país, demuestran el fracaso gubernamental para promover a tiempo políticas de prevención y seguimiento epidemiológico del virus; y sitúa en primer plano el evidente contraste social, económico y de clase en nuestro país, donde los sectores populares que carecen de empleo fijo serán los más afectados. Según el INEC la tasa de subempleo en el 2019 se ubicó en el 19,7% y el porcentaje de desempleo subió en un 4,9%; es decir, 36,727 habitantes más, engrosan las filas del subempleo, sobre todo mujeres, jóvenes y extranjeros.


 
Para el presidente Moreno, quien invita a trabajar desde casa, no existen trabajadores y trabajadoras que laboran autónomamente en las calles ofertando ropa, postres, almuerzos o bebidas; así como teatreros, músicos, maestras de danza y artistas independientes, que viven del contacto diario para producir. Ellos no podrán darse el lujo de seguir las medidas al pie de la letra y dejar de trabajar, a pesar que alguien pueda tener los síntomas. Estas medidas están creadas para beneficiar a la clase media y alta, lo que provocará un fuerte impacto a la economía nacional, incrementando la pobreza y las desigualdades sociales.

En otras latitudes, una pequeña isla en medio del caribe, azotada por un criminal embargo económico de medio siglo, se levanta como ejemplo de solidaridad, investigación científica y altruismo. Cuba ha puesto a disposición del mundo su medicamento Interferón Alfa 2-B recombinante y su ejército de médicos para ayudar a contrarrestar el virus.

La solidaridad con el pueblo de China e Italia han sido el ejemplo para que varios países del mundo pidan ayuda a Cuba para enfrentar la COVID-19. No hay duda que, en tiempos difíciles, la solidaridad es la ternura de los pueblos.

Pandemia y desigualdad social en el Ecuador Pandemia y desigualdad social en el Ecuador Reviewed by Miguel Cantos on marzo 16, 2020 Rating: 5

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